Con palabras poéticas, en su libro Las Confesiones, describe San Agustín su propia conversión a Dios. Es un texto bello, conciso y entrañable. Es una plegaria de admiración y adoración. Dice así:
“ ¡Tarde te amé,
hermosura tan antigua y tan nueva,
tarde te amé!
Tú estabas dentro de mí y yo fuera,
y por fuera te buscaba;
y deforme como era me lanzaba
sobre estas cosas hermosas que tú creaste.
Tú estabas conmigo,
pero yo no estaba contigo; ... (ver texto completo)
“ ¡Tarde te amé,
hermosura tan antigua y tan nueva,
tarde te amé!
Tú estabas dentro de mí y yo fuera,
y por fuera te buscaba;
y deforme como era me lanzaba
sobre estas cosas hermosas que tú creaste.
Tú estabas conmigo,
pero yo no estaba contigo; ... (ver texto completo)