SUPERSTICIONES:
Zapatos
Al vestirse por la mañana, debe prestarse atención a no calzar en primer lugar el pie izquierdo, porque este hecho coloca bajo malos auspicios toda la jornada.
Si al caminar se nos sale uno de los zapatos, hay que esperar un revés de fortuna. No se debe andar con un solo zapato puesto, ya que se hace una burda imitación de los andares de los cojos, personajes maléficos desde el punto de vista supersticioso, y ello puede acarrear la muerte de un familiar.
El zapato, identificado con la persona que lo usa tiene en la tradición occidental una significación funeraria, puesto que el moribundo ya no lo necesita y permanece al lado del lecho. En la Antigüedad, el calzado poseía el simbolismo de dominio sobre la tierra y de derecho de propiedad. La Biblia relata la vieja costumbre de Israel de ratificar un contrato de venta de una tierra con la entrega de la sandalia por parte del antiguo propietario al nuevo, como señal de dominación.
En el mundo islámico, los huéspedes penetran en la casa de su anfitrión con los pies descalzso como un signo de cortesía que demuestra la renuncia de aquéllos a toda pretensión de propiedad sobre sus bienes. En la mezquita, la casa de Dios y de todos, hay que entrar también descalzos.
La costumbre de atar unos zapatos viejos a la parte trasera del coche en el que parten los recien casados a su luna de miel tiene su origen en otra más antigua en que se arrojaba un zapato detrás de la pareja como señal de protección, y cuyo significado tenía el abandono por parte de la joven desposada del hogar paterno para pasar al dominio del marido. La madre debe evitar que el niño estrene por primera vez zapatos en un martes o un viernes, porque puede quedarse cojo.
Un zapato lazado al aire es un elemento adivinatorio que en numerosas zonas de España se emplea para averiguar si una soltera conseguirá novio o para conocer el sexo del bebé que va a nacer. Entre los actores, es señal de que tendrán éxito si, al descalzarse, el zapato cae de su lado natural.
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