Esa flor que, prendida en tus cabellos,
luce para su orgullo tu belleza,
capullo fue que la Naturaleza,
amorosa, mimó para ser de ellos.
Rojo y brillante mar de ritmos bellos
encrespados en ondas de pureza
bañan la tenue luz de tu cabeza
en el crepúsculo de sus destellos.
... (ver texto completo)
luce para su orgullo tu belleza,
capullo fue que la Naturaleza,
amorosa, mimó para ser de ellos.
Rojo y brillante mar de ritmos bellos
encrespados en ondas de pureza
bañan la tenue luz de tu cabeza
en el crepúsculo de sus destellos.
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