Los hijos de la
calle
Ingenuos, solitarios caminan por la vida
y en sus desnudos hombros llevan sin saberlo
el peso invisible de
pan, gavillas e incienso
que jamás conocieron.
Y en la escasez de amores de la calle
van derramando quebradas tristezas
que se clavan en sus frágiles hombros
como dagas, como afilados cuchillos de soledad