MOIROLOGHIA *
Un cardo amargo se demora para siempre en tu garganta
¡oh Detenido!
Pesado cada uno de tus asuntos
no perteneces ya a lo que tu interés y vigilia reclamaban.
Ahora inauguras la fresca cal de tus nuevas vestiduras,
ahora estorbas, ¡oh Detenido!
Voy a enumerarte algunas de las especies de tu nuevo reino
desde donde no oyes a los tuyos deglutir tu muerte y
hacer memoria melosa de tus intemperancias.
Voy a decirte algunas de las cosas que cambiarán para ti,
¡oh yerto sin mirada!
Tus ojos te serán dos túneles de viento fétido, quieto, fácil, incoloro.
Tu boca moverá pausadamente la mueca de su desleimiento.
Tus brazos no conocerán más la tierra y reposarán en cruz,
vanos instrumentos solícitos a la carie acre que los invade.
¡Ay, desterrado! Aquí terminan todas tus sorpresas,
tus ruidosos asombros de idiota.
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