He confiado en mis fuerzas, demasiado,
y me he paseado sola por el bosque,
lejos de las seguras
verjas de los
jardines del
palacio,
buscaba a los derviches,
a los sabios ascetas
que apagan sus dolores y sus cuitas
en un giro infinito,
y un venablo me ha herido en el costado.