Cuando leo en las crónicas del tiempo, ya pasado,
Describir con sus rasgos las más bellas criaturas;
la belleza endulzando las más antiguas rimas,
loando damas muertas y amables caballeros,
entonces, en la loa de la dulce belleza, 5
de mano, pie o de labio, de ojos o de cejas,
sé que en la antigua pluma, subsiste ya el deseo,
de expresar la belleza que vos tenéis ahora.
Por lo tanto sus loas no son más que pronósticos,
de nuestro propio pie y todas os retratan. 10
Mas puesto que miraban con ojos adivinos,
no tuvieron la suerte de cantar vuestros méritos.
Mas nosotros que vemos estos días presentes,
vemos tal maravilla y nos quedamos mudos.
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