El caballo del beduino
que se traga soledades.
El caballo milagroso de San Jorge,
que tritura con sus cascos los dragones infernales.
El de César en las Galias.
El de Aníbal en los Alpes.
El Centauro de las clásicas leyendas,
mitad potro, mitad hombre,
que galopa sin cansarse,
y que sueña sin dormirse,
... (ver texto completo)
En mitad de los fragores del combate,
los
caballos con sus pechos arrollaban
a los indios, y seguían adelante.
Y, así, a veces, a los gritos de " ¡Santiago!",
entre el humo y e fulgor de los metales,
se veía que pasaba, como un sueño,
el
caballo del apóstol a galope por los aires
¡Los caballos eran fuertes!
¡Los caballos eran ágiles