Cuando cierta moderna y ridícula chusma lanza a los aires el grito ¡Viva la libertad!..., ya se sabe por triste experiencia que lo que hacen es usurpar su oficio al verdugo, demoler o incendiar
monumentos, imprimir desvergüenzas, predicar sandeces con frases huecas y altisonantes, y llevarse, contra la voluntad de sus dueños, los
caballos, doblones o espadas que éstos creyeron hallarse en libertad de tener... Dr. Thebussem. "Primera ración de artículos".