Es extraña la ligereza con que los malvados creen que todo les saldrá bien
Entre padre y hermano no metas la mano
El que parece sabio entre los tontos, parece tonto entre los sabios
A la gente de corbata según se le ve se le trata
Entre padre y hermano no metas la mano
Idealismo es la capacidad de ver a las personas como podrían ser si no fueran como son
A la gente de corbata según se le ve se le trata
El alma es un manantial que sólo se revela en lágrimas (Miguel de Unamuno)
Idealismo es la capacidad de ver a las personas como podrían ser si no fueran como son
El alma es un manantial que sólo se revela en lágrimas (Miguel de Unamuno)
El crepúsculo escruto, por donde la aureola
de nuestro ardiente encuentro se va difuminando...
mas la melancolía se me apodera, sola,
y el inclemente tiempo, que me va desgranando.
Ser un torrente henchido de amargura barrunto
si el compás de la Vida nos da fines diversos.
Y en mi soledad muda si existes me pregunto,
o eres sólo un pretexto para que yo haga versos.
Mas sus dos bueyes, tercos, van torciendo su rumbo,
al albur del capricho indefinido y vago
que me arrastra a un destino sin vuelta, al que sucumbo
en Faetón trocado de porvenir aciago.
El crepúsculo escruto, por donde la aureola
de nuestro ardiente encuentro se va difuminando...
mas la melancolía se me apodera, sola,
y el inclemente tiempo, que me va desgranando.
El cálamo va hendiendo cada muerta palabra
en surcos de lo escrito, sobre el papel arando,
como la dura reja sobre sobre los campos labra,
ante el agricultor que, alegre, va cantando.
Mas sus dos bueyes, tercos, van torciendo su rumbo,
al albur del capricho indefinido y vago
que me arrastra a un destino sin vuelta, al que sucumbo
en Faetón trocado de porvenir aciago.
Ese cuerpo de ánfora me trajo el mejor vino
con que Baco se embriaga en su Olimpo celeste;
se derramó en sus besos el éxtasis divino
que busqué, peregrino, caminando hacia el Este.
El cálamo va hendiendo cada muerta palabra
en surcos de lo escrito, sobre el papel arando,
como la dura reja sobre sobre los campos labra,
ante el agricultor que, alegre, va cantando.
Quiero ser ese prisma que en arco iris deslía
esas tus largas trenzas, de hebras entretejidas
en torno al cañamazo de clara luz de día
que guía la maroma de todas nuestras vidas.
Ese cuerpo de ánfora me trajo el mejor vino
con que Baco se embriaga en su Olimpo celeste;
se derramó en sus besos el éxtasis divino
que busqué, peregrino, caminando hacia el Este.
Quiero ser ese prisma que en arco iris deslía
esas tus largas trenzas, de hebras entretejidas
en torno al cañamazo de clara luz de día
que guía la maroma de todas nuestras vidas.