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LA NUEZ DE ARRIBA (Burgos)

Flor del paraguayo-victoria
Foto enviada por Juan-Manuel

Porque vosotros os precipitáis,
Él con vuestra hambre
y lo buscáis sedientos de paz.
Cuando vuestro amigo os hable francamente,
no temáis vuestro propio "No",
ni detengáis el "Sí".
Y cuando él esté callado,
que no cese vuestro corazón de oír su corazón;
Porque, sin palabras en amistad,
todos los pensamientos, todos los deseos, ... (ver texto completo)
Cuando os separáis de un amigo, no sufráis.
Porque lo que más amáis en él volverá
nítido en su ausencia,
como la montaña es mas clara
desde el llano para el montañés.
Y no permitáis más propósito en la amistad
que la consolidación del espíritu.
Porque el amor que no busca más que la aclaración
de su propio misterio,
no es amor sino una red lanzada ... (ver texto completo)
Vuestro amigo es la respuesta
a vuestras necesidades.
Él es el campo que sembráis con amor
y cosecháis con agradecimiento.
Y él vuestra mesa y vuestro hogar.
Porque vosotros os precipitáis,
Él con vuestra hambre
y lo buscáis sedientos de paz.
Cuando vuestro amigo os hable francamente,
no temáis vuestro propio "No",
ni detengáis el "Sí".
Y cuando él esté callado,
que no cese vuestro corazón de oír su corazón;
Porque, sin palabras en amistad,
todos los pensamientos, todos los deseos, ... (ver texto completo)
Vuestro amigo es la respuesta
a vuestras necesidades.
Él es el campo que sembráis con amor
y cosecháis con agradecimiento.
Y él vuestra mesa y vuestro hogar.
HOLA ROSAS MUCHAS GRACIAS POR TUS DESEOS Y AUNQUE NO PRACTIQUE MUCHO SI GREO EN TODO LO QUE TU PONES, HOY VISITE LA SAGRADA FAMILIA HACIA TIEMPO QUE NO LO HACIA
DE MIS DOLORES LOS TENGO A RATOS Y SI ME MUEVO ME MOLESTA MENOS SERA QUE ESTA MAS QUIETO
DEDICARE UN RATO A LEERTE Y ASI ACERCARME UN POQUITO MAS
GRACIAS POR TODO
UN ABRAZOOOOOOOOOOOO

El amor es una flor que nos incita...,
desafía cada minuto de vida
transitar caminos de hielo y de fuego...
su violento perfume persiste cuando se ... (ver texto completo)
victoria que flores mas bonitas aber si es berdad que llega la primavera
Alphonse, ya recuperado le control de sus sentidos, recogió su cámara, su grabadora, el tomavistas, y empezó a despedirse: primero de los padres de los novios, luego de la recién casada y por último del novio que, tomando sus manos entre las suyas, se las llevó al corazón y se inclinó en respetuosa reverencia, agradeciéndole el honor que les había hecho al compartir un día tan significativo con ellos. Lo acompañó hasta la puerta del muro del jardín y allí, tras otra zalema y con una sonrisa enigmática, ... (ver texto completo)
Alphonse, a cuya memoria volvió el recuerdo de la bellísima novia, de su cuerpo en sazón y de sus miradas ardientes, dudó un segundo, pero su buen sentido se impuso y explicó al chambelán que no le era posible aceptar tal honor, que no estaba entre sus costumbres, que en Europa, el jus prima nocte, o derecho de pernada, era algo que ya no se practicaba hacía siglos. El mayordomo miró a la escolta que desenfundó los yataganes.

“Mensahib un rechazo a la invitación en tan señalado día no puede ser ... (ver texto completo)
Era el centro de todas las atenciones y de todos los mimos.
La novia, una hermosa joven de ojos verdes y cejas negrísimas, bailó para él, junto a un grupo de bayaderas, al compás de las vinas, las flautas, las tablas y los tambores.
Los ojos de la muchacha que lo miraban de soslayo con coquetería desconocida para él, el ajustado corpiño que apenas velaba un par de pechos firmes, la transparencia del sari que dejaba al descubierto sus muslos torneados como los de una estatua, las ajorcas con cascabeles ... (ver texto completo)
Alphonse, ya recuperado le control de sus sentidos, recogió su cámara, su grabadora, el tomavistas, y empezó a despedirse: primero de los padres de los novios, luego de la recién casada y por último del novio que, tomando sus manos entre las suyas, se las llevó al corazón y se inclinó en respetuosa reverencia, agradeciéndole el honor que les había hecho al compartir un día tan significativo con ellos. Lo acompañó hasta la puerta del muro del jardín y allí, tras otra zalema y con una sonrisa enigmática, ... (ver texto completo)
Sobra decir que Alphonse no tuvo más remedio que transigir y de esta manera, tras una llamada de atención del novio a todos los presentes, el francés fue introducido en el círculo de los invitados.
Inmediatamente, sirvientes de vistosas libreas le acercaron bandejas de pescado sazonado con curry, olorosa carne de cordero asada con laurel, tomillo y orégano, fuentes de arroz blanco hervido con azafrán y salpicado de ciruelas secas y avellanas, codornices asadas con nuez moscada ensartadas en finas ... (ver texto completo)
Era el centro de todas las atenciones y de todos los mimos.
La novia, una hermosa joven de ojos verdes y cejas negrísimas, bailó para él, junto a un grupo de bayaderas, al compás de las vinas, las flautas, las tablas y los tambores.
Los ojos de la muchacha que lo miraban de soslayo con coquetería desconocida para él, el ajustado corpiño que apenas velaba un par de pechos firmes, la transparencia del sari que dejaba al descubierto sus muslos torneados como los de una estatua, las ajorcas con cascabeles ... (ver texto completo)
No tuvieron ninguna dificultad para comunicarse y así Alphonse supo que había irrumpido en la celebración de una boda, pidió disculpas y se dispuso a salir cuando el coloso del turbante le puso su manaza, ancha como una palmera, sobre el hombro y le dijo que él era precisamente el novio y que sería un honor tenerlo como huésped principal en día tan señalado. Alphonse insistió en irse y entonces la mirada del novio perdió por un instante su obsequiosa sonrisa, unos reflejos acerados saltaron como ... (ver texto completo)
Sobra decir que Alphonse no tuvo más remedio que transigir y de esta manera, tras una llamada de atención del novio a todos los presentes, el francés fue introducido en el círculo de los invitados.
Inmediatamente, sirvientes de vistosas libreas le acercaron bandejas de pescado sazonado con curry, olorosa carne de cordero asada con laurel, tomillo y orégano, fuentes de arroz blanco hervido con azafrán y salpicado de ciruelas secas y avellanas, codornices asadas con nuez moscada ensartadas en finas ... (ver texto completo)
Las mujeres, menudas, esbeltas, de talles cimbreantes y anchas caderas, apenas dejaban ver sus rostros, pero sus ojos se fijaban con un interés no exento de coquetería en Alphonse, aquél extranjero que todo lo preguntaba, que todo lo fotografiaba, y que siempre estaba tomando notas en su libro de viaje.

Un día el francés, armado de su cámara de fotografías, una filmadora y una grabadora, que eran el equipo habitual en todos sus viajes, transitaba por una callejuela estrecha frente al lago. Tras ... (ver texto completo)
No tuvieron ninguna dificultad para comunicarse y así Alphonse supo que había irrumpido en la celebración de una boda, pidió disculpas y se dispuso a salir cuando el coloso del turbante le puso su manaza, ancha como una palmera, sobre el hombro y le dijo que él era precisamente el novio y que sería un honor tenerlo como huésped principal en día tan señalado. Alphonse insistió en irse y entonces la mirada del novio perdió por un instante su obsequiosa sonrisa, unos reflejos acerados saltaron como ... (ver texto completo)
Alphonse Lebrun de Grandehauteur, barón de Gignac, fue toda su vida un explorador empedernido. Había viajado por los lugares más exóticos de la tierra y no había un rincón del planeta que no conociera.

Las tertulias con sus amigos siempre giraban en torno a sus viajes y les contaba una y otra vez sus aventuras cazando tiburones en Tasmania; cómo se salvó de morir de sed en el desierto del Kalahari, en Botswana, gracias a que, entre los restos de una caravana saqueada, halló tres botellas de un ... (ver texto completo)
Las mujeres, menudas, esbeltas, de talles cimbreantes y anchas caderas, apenas dejaban ver sus rostros, pero sus ojos se fijaban con un interés no exento de coquetería en Alphonse, aquél extranjero que todo lo preguntaba, que todo lo fotografiaba, y que siempre estaba tomando notas en su libro de viaje.

Un día el francés, armado de su cámara de fotografías, una filmadora y una grabadora, que eran el equipo habitual en todos sus viajes, transitaba por una callejuela estrecha frente al lago. Tras ... (ver texto completo)
Alphonse Lebrun de Grandehauteur, barón de Gignac, fue toda su vida un explorador empedernido. Había viajado por los lugares más exóticos de la tierra y no había un rincón del planeta que no conociera.

Las tertulias con sus amigos siempre giraban en torno a sus viajes y les contaba una y otra vez sus aventuras cazando tiburones en Tasmania; cómo se salvó de morir de sed en el desierto del Kalahari, en Botswana, gracias a que, entre los restos de una caravana saqueada, halló tres botellas de un ... (ver texto completo)
El escarabajo no pudo soportar la risa, soltó la carcajada y luego dijo: -Ni yo, con patas tan grandes, intentaría una empresa tan ambiciosa.

El se quedó en el suelo tumbado de la risa mientras la oruga continuó su camino, habiendo avanzado ya unos cuantos centímetros.

Del mismo modo, la araña, el topo, la rana y la flor aconsejaron a nuestro amigo a desistir. No lo lograrás jamás! -le dijeron-, pero en su interior había un impulso que lo obligaba a seguir.

Ya agotado, sin fuerzas y a punto ... (ver texto completo)
Poco a poco, como para darles tiempo de reponerse del impacto, fueron saliendo las hermosas alas arcoiris de aquel impresionante ser que tenían frente a ellos: Una mariposa.

No hubo nada que decir, todos sabían lo que haría. Se iría volando hasta la gran montaña y realizaría un sueño, el sueño por el que había vivido, por el que había muerto y por el que había vuelto a vivir. Todos se habían equivocado.

Dios nos ha creado para realizar un sueño, vivamos por él, intentemos alcanzarlo, pongamos ... (ver texto completo)
El escarabajo no pudo soportar la risa, soltó la carcajada y luego dijo: -Ni yo, con patas tan grandes, intentaría una empresa tan ambiciosa.

El se quedó en el suelo tumbado de la risa mientras la oruga continuó su camino, habiendo avanzado ya unos cuantos centímetros.

Del mismo modo, la araña, el topo, la rana y la flor aconsejaron a nuestro amigo a desistir. No lo lograrás jamás! -le dijeron-, pero en su interior había un impulso que lo obligaba a seguir.

Ya agotado, sin fuerzas y a punto ... (ver texto completo)
Y que en la dulzura de la amistad haya
risas y placeres compartidos.
Porque en el rocío de las pequeñeces
el corazón encuentra su mañana y se refresca".