Doña ROSA:
Con todo mi respeto, admiro su GEraNIO, su talle de JACINTO, su piel de AZUCENA, que por las
noche me desvela.
No quiero parecerle un ROMERO, pero su presencia CALA mi IRIS,
DALIA lo que fuera para que NOMEOLVIDES, para que su risa de
CAMPANA, siga retumbando en mi CORAZON DE ESTUDIANTE.
MUERDAlGO, antes de rechazarme, que JUNQUILLOS es la única forma que concibo
en mi PENSAMIENTO.
No se MALVA, no escuche a la VERONICA, que solo VIBOREA, ni al RODODENDO, que es MALA HIERBA.
Usted
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