Y al final los días rezagados
los Nemontemi... ¡Cinco enmascarados
con pencas de maguey!...
Días en cuyas noches se derrite
la luna como turbio chalchihuite;
en que mancha de sombra luce el oro del sol
como la piel del tigre o como el girasol...
Otros días sonoros y ricos
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Y el relámpago de las guacamayas
rasga el
cielo -clamor y
bandera-
como si el eco y el vislumbre fuera
de la legión del dios de las batallas.
Y en pleno día las caudas de los quetzales
suben y giran como
fuegos artificiales,
cual si cayeran astros o volaran las
flores,
o las
minas de esmeraldas ascendieran en surtidores
y se abatieran en festones de saucedales...
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