Haz las pequeñas cosas de tu vida con una conciencia relajada. Mientras comas, come totalmente; mastica totalmente, saborea totalmente, huele totalmente. Toca el
pan, siente la textura. Huele el pan, huele el sabor. Mastícalo, deja que se disuelva en tu ser y permanece consciente; entonces estás meditando. Y entonces la meditación no está separada de la vida. Cuando la meditación está separada de la vida algo va mal. Se vuelve en contra de la vida. Entonces uno empieza a pensar en ir a un
monasterio ... (ver texto completo)