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LA NUEZ DE ARRIBA (Burgos)

Pureza
Foto enviada por Victoria Serna,

No se pue' tener viña junto al camino

porque todo el que pasa corta un racimo.

Corta un racimo, niña, corta un racimo;

no se pue' tener viña junto al camino.

Y de ese modo, y de ese modo,
... (ver texto completo)
Buenas noches Jose Mel
El dia bien gracias, hizo buen tiempo, pero hace un rato que se puso a llover
Feliz noche
Un abrazoooooooooooooooooo
VIII
Acércate a los árboles, verás
y podrás escuchar que no existe un silencio
más poblado de voces, que parecen
alzarse desde el suelo hasta otro espacio. Allí,
el aire claro dice el mundo y cuanto
se extiende sobre él y, sin embargo,
es él mismo, la lengua de la tierra,
la promesa de que bajo el ramaje
podrás oír el rumor, tomar la mano ... (ver texto completo)
IX
Acércate a las hojas, llégate hasta el rumor.

Niño,
ese cuerpo inasible que contemplas
late sobre esta hierba, en estas piedras,
fin y origen. Que el aire
que traspasa las hojas vuelva hasta aquí de nuevo,
y que esa lengua sea la del cuerpo del mundo.
... (ver texto completo)
VII
Vamos hasta los árboles, te dije.

Sé que te gusta
extraviarte, y a veces me lo pides
tirando de la mano, apresada,
como apresada por la luz toda mano requiere
ir hasta su deseo, llegar a conocer,
aun si el conocimiento no es sino el umbral
de otra ignorancia, acaso, vacía de sí misma.
VIII
Acércate a los árboles, verás
y podrás escuchar que no existe un silencio
más poblado de voces, que parecen
alzarse desde el suelo hasta otro espacio. Allí,
el aire claro dice el mundo y cuanto
se extiende sobre él y, sin embargo,
es él mismo, la lengua de la tierra,
la promesa de que bajo el ramaje
podrás oír el rumor, tomar la mano ... (ver texto completo)
VI
La tierra, sí, se entrega,
parece levantarse hacia las hojas
que hasta ella regresan, desde el aire,
y con ella se funden, como el hálito
se funde con la tierra y los ramajes.
VII
Vamos hasta los árboles, te dije.

Sé que te gusta
extraviarte, y a veces me lo pides
tirando de la mano, apresada,
como apresada por la luz toda mano requiere
ir hasta su deseo, llegar a conocer,
aun si el conocimiento no es sino el umbral
de otra ignorancia, acaso, vacía de sí misma.
En las hojas sagradas cae la luz del tiempo,
las recorren los cauces diminutos del agua,
el aire las envuelve con manos que atesoran,
es el fin y el origen, es el fuego del tiempo.
VI
La tierra, sí, se entrega,
parece levantarse hacia las hojas
que hasta ella regresan, desde el aire,
y con ella se funden, como el hálito
se funde con la tierra y los ramajes.
IV
El ramaje extendido,
la hierba, como un afloramiento
del interior del mundo, las raíces
de lo visible, los arbustos, el aire,
eran una llamada del lenguaje. Y eran
una llamada de más allá de él, como si aquella luz
hablara de otro mundo, siendo el mundo mismo.
Cruzaba el aire, removía
la espesura, la sombra, vibración, ... (ver texto completo)
En las hojas sagradas cae la luz del tiempo,
las recorren los cauces diminutos del agua,
el aire las envuelve con manos que atesoran,
es el fin y el origen, es el fuego del tiempo.
III
Aquella era la lengua de las hojas, la lengua
del irrequieto fondo de la luz.
¿Lengua, lenguaje,
digo? ¿Una palabra
más allá del lenguaje, eso buscaba?

Solamente más tarde iba a saberlo,
cuando el lenguaje habló, y tan sólo
llegó el lenguaje a ser la destrucción ... (ver texto completo)
IV
El ramaje extendido,
la hierba, como un afloramiento
del interior del mundo, las raíces
de lo visible, los arbustos, el aire,
eran una llamada del lenguaje. Y eran
una llamada de más allá de él, como si aquella luz
hablara de otro mundo, siendo el mundo mismo.
Cruzaba el aire, removía
la espesura, la sombra, vibración, ... (ver texto completo)
II
Cuántas veces las vi agitarse, solo,
en escapadas, para estar con ellas,
para oír, otra vez, los golpes silenciosos,
el viento de la tarde
en los nudos, las yemas de los árboles.
Pero quién escapaba o creía escapar,
si los árboles eran solamente otro espacio
de lo inasible, de cuanto queda como suspendido
por sobre la materia del mundo, ... (ver texto completo)
III
Aquella era la lengua de las hojas, la lengua
del irrequieto fondo de la luz.
¿Lengua, lenguaje,
digo? ¿Una palabra
más allá del lenguaje, eso buscaba?

Solamente más tarde iba a saberlo,
cuando el lenguaje habló, y tan sólo
llegó el lenguaje a ser la destrucción
de cuanto conocía. Y era, al mismo tiempo,
la construcción de todo. Yo volvía
otra vez a los árboles, aún
no sabía del lenguaje sino sólo su enigma. ... (ver texto completo)
más allá de los árboles

Andrés Sánchez Robayna

I
Aquellas hojas,
enormes, ¿qué decían? Un lenguaje
parecían formar con su rumor, una lengua
que debía aprender, hecha de grumos.
... (ver texto completo)
II
Cuántas veces las vi agitarse, solo,
en escapadas, para estar con ellas,
para oír, otra vez, los golpes silenciosos,
el viento de la tarde
en los nudos, las yemas de los árboles.
Pero quién escapaba o creía escapar,
si los árboles eran solamente otro espacio
de lo inasible, de cuanto queda como suspendido
por sobre la materia del mundo, ... (ver texto completo)
más allá de los árboles

Andrés Sánchez Robayna

I
Aquellas hojas,
enormes, ¿qué decían? Un lenguaje
parecían formar con su rumor, una lengua
que debía aprender, hecha de grumos.
... (ver texto completo)
El estado de no-mente es el estado de lo divino. Dios no es un pensamiento sino la experiencia de la ausencia de pensamientos. No es un contenido mental; es la explosión que se produce cuando la mente carece de contenidos. No es un objeto que puedas ver; es la misma capacidad de ver. No es lo visto, sino quien ve. No es como las nubes que se juntan en el cielo, sino como un cielo sin nubes. Es ese cielo vacío. Cuando la conciencia no se proyecta en ningún objeto, cuando no hay nada que ver, nada ... (ver texto completo)