Era la hazaña más rememorada por mi tío Nemesio. En una tarde logró pescar en el arroyo de Hontoria de la Cantera más de 50 docenas de cangrejos. O puede que fueran 100. Una barbaridad. Ahora no queda ninguno.
Tampoco en el río Úrbel, la meca de los cangrejeros burgaleses, donde el reflejo... Y este que chulo