En mi verso no hay doblez
-junto Ciencia y Poesía-
ni pretendo ser soez;
si me ve de este jaez
sólo será culpa mía.
Mas por distender la cosa
si quiere le hablo del cardo,
ya que, si bella es la rosa,
la hermosura, querenciosa,
arroja al azar su dardo:
El cardo es el guerrero
de la estepa reseca,
el que, espinoso y fiero,
remata en un plumero
su armadura quimérica.
-junto Ciencia y Poesía-
ni pretendo ser soez;
si me ve de este jaez
sólo será culpa mía.
Mas por distender la cosa
si quiere le hablo del cardo,
ya que, si bella es la rosa,
la hermosura, querenciosa,
arroja al azar su dardo:
El cardo es el guerrero
de la estepa reseca,
el que, espinoso y fiero,
remata en un plumero
su armadura quimérica.