Tanto la siega a mano, con hoz, como único medio de recolección de los cereales, como la posterior trilla de las mieses en las eras, ponía fin a las labores de recolección de cereales, cuyos preparativos se habían iniciado el otoño anterior con la siembra. No es de extrañar, por tanto, que torno a esta actividad tuviera lugar todo un ritual y actos, con los que se festejeaban la feliz consecución de la deseada cosecha.