Pero mi nombre se llena de ese gris presagio,
que tranquilamente acude hasta besar tu adagio,
para llenarme de tu palabra que tanto amo,
con mi blancura que pronto dejo sin reclamo.
que tranquilamente acude hasta besar tu adagio,
para llenarme de tu palabra que tanto amo,
con mi blancura que pronto dejo sin reclamo.