Las condicione de vida de nuestros antepasados y no tan lejanos fueron muy duras. Largos y fríos inviernos obligaban a sus gentes a recoger alimentos durante el verano para alimentar sus animales durante el crudo invierno cuando el frío y la nieve obligaban a tenerlos encerrados en las cuadras. De los prados se segaba la yerba que una vez seca se guardaba en los pajares. De los olmos se churraba las hojas, de los chopos a primeros de septiembre, se cortaban las ramas jóvenes, se dejaban esparcidas en las fincas y una vez la hoja seca se guardaba todo junto para alimentar a las ovejas y cabras durante el invierno cuando se hubiera acabado el grano y la paja para alimentarlos.