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LA NUEZ DE ARRIBA: Hasta nuestros días personas y animales nacían y se...

Hasta nuestros días personas y animales nacían y se criaban en la misma casa. De las ovejas y vacas se reservaban los mejores ejemplares, cuando se podía, para la cría y seguir incrementando los rebaños sin necesidad de pagar un dinero que no se tenía.
Cuando las terneras, llegado su periodo de madurez, criaban su primer ternero aunque eran animales domésticos no se dejaban ordeñar. Vamos que no se dejaban tocar las ubres. Para que no perdieran la leche había que sacarle el sobrante que no terminara el ternero dos veces al día. Una por la noche y otra por la mañana.
¿Cómo se las arreglaba mi padre para convencer a las primerizas? Con mucho cariño y una coyunda. La ataba de una punta a unos ganchos que había en las vigas de la cuadra sobre los lomos de la vaca, la pasaba por debajo de la tripa junto a las ubres pero sin pillarlas y el otro extremo lo ataba a otro gancho de la viga similar al primero,
La vaca, al principio tiraba cozes, mi padre tiraba de un extremo de la coyunda para abajo hasta levantar levemente a la vaca por las patas traseras. Cuando la vaca se acostumbraba a las cosquillas y dejaba de patear la joven madre estaba lista para el ordeño para siempre.
Descrito así parece un potro de tortura pero el proceso es muy rápido e indoloro. La coyunda es ancha para no mancar al animal y simplemente se trata de ganarse su confianza. Para no hacerla daño en las tetas el ganadero se untaba las manos con manteca. Cuando el ternero sea destetado será la misma vaca la que llame al ganadero para que ordeñándola le libere de tanta presión en las ubres….
Continuará