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Buenos días La Nuez de Arriba.
Buenos días Las Matas.
Ayer estuvo todo el día lloviendo sin parar ni un solo minuto, continuando toda la noche de igual modo. Creo que se ha quedado el grifo abierto halla arriba en el cielo pues esto sigue lo mismo que ayer y hoy presenta el mismo panorama que el día anterior. Es una lluvia seguida que no hace daño pues cae pausada y muy maja. Es la que empapa la tierra sin hacer daño. Pero claro, la tierra ya la tenemos borracha de tanta lluvia y los borrachos, ya se sabe, vomitan de vez en cuando y a veces, de estas acciones se derivan daños a terceros. Si esto hubiese sido nieve, creo que hubiésemos alcanzado los dos metros. Seguro.
Yo no puedo entrar a mi huerta; pero gozo viendo llover pues me gusta mucho y no me causa depresión, como ocurre con algunas personas. Para mí, lo malo es el viento. Cada uno tenemos nuestras manías.
Cuando se juntas las lluvias y los vientos, los efectos suelen ser devastadores sobre todo en las zonas de árboles. Al estar remojadas las raíces, el efecto de empuje del viento, suele tirarlos al suelo y causar hasta accidentes en carreteras en donde hay grandes hileras de árboles en las orillas de la calzada. En Deza había, en tiempos, unos chopos y olmos tremendos, en especial a orillas de las huertas por donde pasaba la carretera. En una huertecilla que tenemos nosotros, un olmo se comía las cosechas pues entre las raíces y la sombra, él era el amo del terreno.
El record de mayor velocidad del viento en la superficie terrestre lo tiene el Monte Washington en New Hampshire (Estados Unidos), con 231 millas por hora, es decir, 372 km/h, registrado en la tarde del 12 de abril de 1934. La causa de esta velocidad tan grande del viento está en la configuración local del relieve, que forma una especie de ensilladura de norte a sur que fuerza al viento del oeste a concentrarse en el paso como si fuera un embudo. Es importante señalar que esta enorme velocidad sólo se alcanza en una especie de tobera poco extendida, siendo mucho menor a una corta distancia de este punto. Todas las cordilleras del planeta tienen puntos similares, donde los vientos soplan con fuerza por la existencia de obras, pasos, collados o ensilladuras donde se concentra y acelera el paso del viento. Hay en Venezuela, una carretera (la trasandina) que pasa una ensilladura de este tipo entre la cuenca del río Mocotíes y la depresión del Táchira y que tiene el nombre muy apropiado de Páramo Zumbador por la fuerza del viento.
Un abrazo.
Buenos días Las Matas.
Ayer estuvo todo el día lloviendo sin parar ni un solo minuto, continuando toda la noche de igual modo. Creo que se ha quedado el grifo abierto halla arriba en el cielo pues esto sigue lo mismo que ayer y hoy presenta el mismo panorama que el día anterior. Es una lluvia seguida que no hace daño pues cae pausada y muy maja. Es la que empapa la tierra sin hacer daño. Pero claro, la tierra ya la tenemos borracha de tanta lluvia y los borrachos, ya se sabe, vomitan de vez en cuando y a veces, de estas acciones se derivan daños a terceros. Si esto hubiese sido nieve, creo que hubiésemos alcanzado los dos metros. Seguro.
Yo no puedo entrar a mi huerta; pero gozo viendo llover pues me gusta mucho y no me causa depresión, como ocurre con algunas personas. Para mí, lo malo es el viento. Cada uno tenemos nuestras manías.
Cuando se juntas las lluvias y los vientos, los efectos suelen ser devastadores sobre todo en las zonas de árboles. Al estar remojadas las raíces, el efecto de empuje del viento, suele tirarlos al suelo y causar hasta accidentes en carreteras en donde hay grandes hileras de árboles en las orillas de la calzada. En Deza había, en tiempos, unos chopos y olmos tremendos, en especial a orillas de las huertas por donde pasaba la carretera. En una huertecilla que tenemos nosotros, un olmo se comía las cosechas pues entre las raíces y la sombra, él era el amo del terreno.
El record de mayor velocidad del viento en la superficie terrestre lo tiene el Monte Washington en New Hampshire (Estados Unidos), con 231 millas por hora, es decir, 372 km/h, registrado en la tarde del 12 de abril de 1934. La causa de esta velocidad tan grande del viento está en la configuración local del relieve, que forma una especie de ensilladura de norte a sur que fuerza al viento del oeste a concentrarse en el paso como si fuera un embudo. Es importante señalar que esta enorme velocidad sólo se alcanza en una especie de tobera poco extendida, siendo mucho menor a una corta distancia de este punto. Todas las cordilleras del planeta tienen puntos similares, donde los vientos soplan con fuerza por la existencia de obras, pasos, collados o ensilladuras donde se concentra y acelera el paso del viento. Hay en Venezuela, una carretera (la trasandina) que pasa una ensilladura de este tipo entre la cuenca del río Mocotíes y la depresión del Táchira y que tiene el nombre muy apropiado de Páramo Zumbador por la fuerza del viento.
Un abrazo.
Buenos días de nuevo abuelo.
Siempre es un placer leerte.
Y más placer me causa que te acerques a mi pueblo chiquito (bueno "mio, mio" -eso es mucho decir- espero que me perdonen los nueceros-. No es muy apropiada la expresión, pero como todo, se da por sobreentendido).
A lo que iba, que me enrrollo como las persianas.
Fijese abuelo, que un día hablando que si la nieve, que si tal, que si cual, pues ya se sabe que depende de donde caiga, unos se asustan más que otros.
Estas navidades hemos tenido nieve (poquita) y bastante agua. Incomoda por el hecho de que no hemos podido disfrutar mucho del campo, pues no invitaba al paseante a recorrer los alrededores del pueblo. Pero, alguna tarde con la manta, sí hemos podido disfrutar de la naturaleza. (Como siempre tan exagerada las matas).
En el huertecillo tengo yo mis puerros, inundados, alguna escarola y berza, eso sí inundado todo ello de plásticos, por si las moscas (heladas), que nos suelen hacer compañia en esta época del año.
Y eso abuelo, mañana más y mejor.
Tengo que apagar el bicho este, que se me hace muy, pero que muy tarde.
Hasta mañana
Siempre es un placer leerte.
Y más placer me causa que te acerques a mi pueblo chiquito (bueno "mio, mio" -eso es mucho decir- espero que me perdonen los nueceros-. No es muy apropiada la expresión, pero como todo, se da por sobreentendido).
A lo que iba, que me enrrollo como las persianas.
Fijese abuelo, que un día hablando que si la nieve, que si tal, que si cual, pues ya se sabe que depende de donde caiga, unos se asustan más que otros.
Estas navidades hemos tenido nieve (poquita) y bastante agua. Incomoda por el hecho de que no hemos podido disfrutar mucho del campo, pues no invitaba al paseante a recorrer los alrededores del pueblo. Pero, alguna tarde con la manta, sí hemos podido disfrutar de la naturaleza. (Como siempre tan exagerada las matas).
En el huertecillo tengo yo mis puerros, inundados, alguna escarola y berza, eso sí inundado todo ello de plásticos, por si las moscas (heladas), que nos suelen hacer compañia en esta época del año.
Y eso abuelo, mañana más y mejor.
Tengo que apagar el bicho este, que se me hace muy, pero que muy tarde.
Hasta mañana