Cinco reglas para ser feliz.
La señora Pepita, bien equilibrada y orgullosa de 92 años de edad,
estaba completamente lista como cada mañana a las 8 en punto, con su
cabello bien peinado y un maquillaje perfectamente aplicado pese a
ser casi ciega, dispuesta a mudarse hoy a un asilo de ancianos. El
que había sido su marido durante 70 años había muerto, lo que hacía
necesario el traslado
La señora Pepita, bien equilibrada y orgullosa de 92 años de edad,
estaba completamente lista como cada mañana a las 8 en punto, con su
cabello bien peinado y un maquillaje perfectamente aplicado pese a
ser casi ciega, dispuesta a mudarse hoy a un asilo de ancianos. El
que había sido su marido durante 70 años había muerto, lo que hacía
necesario el traslado
Después de muchas horas de esperar
pacientemente en la recepción del asilo de ancianos, ella sonrió
dulcemente cuando le comunicaron que su habitación ya estaba lista.
Mientras ella maniobraba su andador al ascensor, yo le daba una
descripción detallada de su pequeño cuarto, incluyendo las sábanas y
cortinas que habían sido colgadas en su ventana. "Me encantan", dijo
ella con el entusiasmo de un chiquillo de 8 años al que acaban de
mostrar un nuevo cachorro.
pacientemente en la recepción del asilo de ancianos, ella sonrió
dulcemente cuando le comunicaron que su habitación ya estaba lista.
Mientras ella maniobraba su andador al ascensor, yo le daba una
descripción detallada de su pequeño cuarto, incluyendo las sábanas y
cortinas que habían sido colgadas en su ventana. "Me encantan", dijo
ella con el entusiasmo de un chiquillo de 8 años al que acaban de
mostrar un nuevo cachorro.