COMBA, SOGA O CUERDA: Es uno de los juegos más simples, más bonitos y más practicados, en las tierras de Burgos. De muy niñas, las muchachitas aprendían a saltar a la comba. Bastaba una cuerda de pocos metros y de cierto grosor que había en todas las casas labradoras. Y qué bien lo hacían individualmente, de dos en dos o en grupo. Una sola niña volteaba la cuerda y saltaba con rapidez cuando la cuerda batía el suelo; el ritmo era endiablado cuando hacía lo que llamaban el "chorizón". Dos niñas o saltaban juntas o ataban un extremo de la comba a un arbolito, ventana o poste y una volteaba y otra saltaba por turno. Tres niñas y muchas más saltaban en cadena, entrando y saliendo puntualmente del ámbito de la cuerda; si alguna fallaba sabía que su castigo era dar a la comba. Esta no siempre se volteaba; otras veces, sólo se balanceaba en un delicado vaivén de barcarola.