COMBA, SOGA O CUERDA: Es uno de los juegos más simples, más bonitos y más practicados, en las tierras de Burgos. De muy niñas, las muchachitas aprendían a saltar a la comba. Bastaba una cuerda de pocos metros y de cierto grosor que había en todas las casas labradoras. Y qué bien lo hacían individualmente, de dos en dos o en grupo. Una sola niña volteaba la cuerda y saltaba con rapidez cuando la cuerda batía el suelo; el ritmo era endiablado cuando hacía lo que llamaban el "chorizón". Dos niñas o saltaban juntas o ataban un extremo de la comba a un arbolito, ventana o poste y una volteaba y otra saltaba por turno. Tres niñas y muchas más saltaban en cadena, entrando y saliendo puntualmente del ámbito de la cuerda; si alguna fallaba sabía que su castigo era dar a la comba. Esta no siempre se volteaba; otras veces, sólo se balanceaba en un delicado vaivén de barcarola.
Con ser esto tan interesante, no lo eran menos las canciones, en su letra y música, con que acompañaban el juego. Se han publicado auténticas antologías, en las que se incluyen también las de las niñas de Burgos. Ofreceré una brevísima muestra de las letrillas que aprendí de tanto oírselas cantar y saltar a las chicas del pueblo, letrillas que, quizá, no eran privativas de Burgos:
Al pasar la barca
me dijo el barquero:
Las niñas bonitas
no pagan dinero.
Yo no soy bonita
ni lo quiero ser.
¡Arriba la barca,
una, dos y tres!...
"Margarita tiene un gato,
una, dos, tres y cuatro,
con los ojos de cristal.
Lo lava, lo peina,
lo manda a por tabaco
y le da de merendar
chicha y pan,
chicha y pan".
"Soy la reina de los mares
y ustedes lo van a ver
tiro al suelo mi pañuelo (lo tira)
y lo vuelvo a recoger (lo coge)
Pañuelito, pañuelito
quién te pudiera tener,
guardadito en mi bolsillo
como un pliego de papel".
"El cocherito, leré
me dijo anoche, leré
que si quería, leré
montar en coche, leré.
Y yo le dije, leré,
con gran salero, leré,
no quiero coche, leré,
que me mareo, leré.
Si te mareas leré,
irás a la botica, leré
que el boticario, leré
te dará pastillas, leré"
"Te convido
a pan y vino
¿A qué hora?
a las cinco.
Una, dos, tres,
cuatro y cinco".
"Una gallinita ciega
en un pozo se cayó
y según se iba ahogando
hacía clo, clo, clo, clo.
Yo no siento la gallina
ni los cuartos que costó.
Sólo siento los pollitos
tan bonitos que crió,
que según se iban ahogando
hacían, clo, clo, clo, clo"...
"Debajo de un botón, ton, ton,
que encontró Martín, tin, tin,
había un ratón, ton, ton,
¡ay que chiquitín, tin, tin!
¡Ay que chiquitín, tin, tin,
era aquel ratón! ton, ton
que encontró Martín, tin, tin,
debajo de un botón, ton, ton.".
"El nombre de María
que cinco letras tiene:
La M, la A, la R,
la I, la A, ¡María!
me dijo el barquero:
Las niñas bonitas
no pagan dinero.
Yo no soy bonita
ni lo quiero ser.
¡Arriba la barca,
una, dos y tres!...
"Margarita tiene un gato,
una, dos, tres y cuatro,
con los ojos de cristal.
Lo lava, lo peina,
lo manda a por tabaco
y le da de merendar
chicha y pan,
chicha y pan".
"Soy la reina de los mares
y ustedes lo van a ver
tiro al suelo mi pañuelo (lo tira)
y lo vuelvo a recoger (lo coge)
Pañuelito, pañuelito
quién te pudiera tener,
guardadito en mi bolsillo
como un pliego de papel".
"El cocherito, leré
me dijo anoche, leré
que si quería, leré
montar en coche, leré.
Y yo le dije, leré,
con gran salero, leré,
no quiero coche, leré,
que me mareo, leré.
Si te mareas leré,
irás a la botica, leré
que el boticario, leré
te dará pastillas, leré"
"Te convido
a pan y vino
¿A qué hora?
a las cinco.
Una, dos, tres,
cuatro y cinco".
"Una gallinita ciega
en un pozo se cayó
y según se iba ahogando
hacía clo, clo, clo, clo.
Yo no siento la gallina
ni los cuartos que costó.
Sólo siento los pollitos
tan bonitos que crió,
que según se iban ahogando
hacían, clo, clo, clo, clo"...
"Debajo de un botón, ton, ton,
que encontró Martín, tin, tin,
había un ratón, ton, ton,
¡ay que chiquitín, tin, tin!
¡Ay que chiquitín, tin, tin,
era aquel ratón! ton, ton
que encontró Martín, tin, tin,
debajo de un botón, ton, ton.".
"El nombre de María
que cinco letras tiene:
La M, la A, la R,
la I, la A, ¡María!