El nudo gordiano
El origen de esta expresión, que se utiliza para aludir a un problema complejo de cuya resolución depende un gran bien y que se solventa por medios expeditivos, se encuentra en el episodio acaecido en el año 334 a. de C. en la ciudad de Gordión, capital de los reyes de Frigia, en Asia Menor. Parece ser que, en plena guerra civil, los frigios acudieron al oráculo para consultarlo sobre la elección de su rey, y aquél les respondió que lo reconocerían porque aparecería sobre un carro. En aquel instante, vieron llegar una carreta conducida por un horterano llamado Gordias, que fue inmediatamente proclamado rey. En agradecimiento a los dioses, Gordias consagró a Zeus su carro, cuyo yugo estaba atado a la lanza con un nudo enlazado de tal modo que sus cabos eran indistinguibles, lo que hacía imposible desatarlo. Según el oráculo, quien desatara el nudo gordiano se convertiría en el amo de Asia. Conocedor de este desafío, Alejandro Magno, a su paso por Gordión, acudió al templo de Zeus y, al ver que no podía desatar el nudo, lo cortó, diciendo: "Tanto monta desatar, como cortar..."
El origen de esta expresión, que se utiliza para aludir a un problema complejo de cuya resolución depende un gran bien y que se solventa por medios expeditivos, se encuentra en el episodio acaecido en el año 334 a. de C. en la ciudad de Gordión, capital de los reyes de Frigia, en Asia Menor. Parece ser que, en plena guerra civil, los frigios acudieron al oráculo para consultarlo sobre la elección de su rey, y aquél les respondió que lo reconocerían porque aparecería sobre un carro. En aquel instante, vieron llegar una carreta conducida por un horterano llamado Gordias, que fue inmediatamente proclamado rey. En agradecimiento a los dioses, Gordias consagró a Zeus su carro, cuyo yugo estaba atado a la lanza con un nudo enlazado de tal modo que sus cabos eran indistinguibles, lo que hacía imposible desatarlo. Según el oráculo, quien desatara el nudo gordiano se convertiría en el amo de Asia. Conocedor de este desafío, Alejandro Magno, a su paso por Gordión, acudió al templo de Zeus y, al ver que no podía desatar el nudo, lo cortó, diciendo: "Tanto monta desatar, como cortar..."