Fábula de la mona.
De Samaniego
Subióse una mona a un
nogal,
y cogiendo una
nuez verde,
en la cáscara la muerde,
con que le supo muy mal.
Arrojóla el animal
y se quedó sin
comer.
Así suele suceder
al que su empresa abandona,
por tener,
como la mona,
un principio que vencer.