Con ansia que del alma le salía,
la mente del morir hecha adivina,
contemplando Vandalio la marina
de la ribera bética, decía:
"Pues vano desear, loca porfía,
a la rabiosa muerte me destina,
mientras la triste hora se avecina,
oye mi llanto tú, Dórida mía.
Y si tu crüeldad contenta fuese,
por premio de esta fe firme y constante,
que sobre mi sepulcro se leyese,
no en letras de metal, mas de diamante,
'Dórida ha sido causa que muriese
el más leal y el más sufrido amante'
la mente del morir hecha adivina,
contemplando Vandalio la marina
de la ribera bética, decía:
"Pues vano desear, loca porfía,
a la rabiosa muerte me destina,
mientras la triste hora se avecina,
oye mi llanto tú, Dórida mía.
Y si tu crüeldad contenta fuese,
por premio de esta fe firme y constante,
que sobre mi sepulcro se leyese,
no en letras de metal, mas de diamante,
'Dórida ha sido causa que muriese
el más leal y el más sufrido amante'