¿POR QUÉ, SEÑOR?
Señor, si llenas cada hora
de fresca vida renovada;
si vistes de rosa la aurora
y de púrpura la granada;
y en estéril vida senil
dejas la savia que florezca;
que aliente el tigre en su cubil
y en su red la araña se mezca:
¿por qué no diste la ventura
a su pecho lleno de amor?
¿Por qué la divina escultura
tan presto se rompe, Señor?
¿Era ella menos tu criatura
que la más diminuta flor?
Señor, si llenas cada hora
de fresca vida renovada;
si vistes de rosa la aurora
y de púrpura la granada;
y en estéril vida senil
dejas la savia que florezca;
que aliente el tigre en su cubil
y en su red la araña se mezca:
¿por qué no diste la ventura
a su pecho lleno de amor?
¿Por qué la divina escultura
tan presto se rompe, Señor?
¿Era ella menos tu criatura
que la más diminuta flor?