Toda la tristeza del mundo se agolpa en estos ojos
que ya no lloran
porque no les quedan lágrimas que llorar;
se quiebra en esta voz
que ya no habla
porque no le quedan sonidos que articular;
se parte en este alma
que ya no vibra
porque no le quedan cuerdas que rasgar;
ahora que tú ya no estás,
amada mía,
mi amor,
mi española inglesa,
la luz que animaba mi vida
se apaga en noches sin vela.
Mi gran error fue no saber
que la vida se te iba,
como se iban los días lejos de ti,
separados por murallas de orgullo,
alejados por senderos de egoísmo,
buscando algo que ya tenía,
algo que tú me dabas
y que yo no veía.
que ya no lloran
porque no les quedan lágrimas que llorar;
se quiebra en esta voz
que ya no habla
porque no le quedan sonidos que articular;
se parte en este alma
que ya no vibra
porque no le quedan cuerdas que rasgar;
ahora que tú ya no estás,
amada mía,
mi amor,
mi española inglesa,
la luz que animaba mi vida
se apaga en noches sin vela.
Mi gran error fue no saber
que la vida se te iba,
como se iban los días lejos de ti,
separados por murallas de orgullo,
alejados por senderos de egoísmo,
buscando algo que ya tenía,
algo que tú me dabas
y que yo no veía.
Ciego de mí,
que no supe cuán grande era tu amor;
infeliz de mí,
que ya no te tengo conmigo.
Qué no daría yo por volver atrás,
por volver a esos días que han muerto en el tiempo
pero que siguen vivos en mi memoria,
para acompañarte en tu dolor,
para mitigar tu pena,
para acunarte en mis alas,
que tú tanto amabas,
y para decirte te quiero.
que no supe cuán grande era tu amor;
infeliz de mí,
que ya no te tengo conmigo.
Qué no daría yo por volver atrás,
por volver a esos días que han muerto en el tiempo
pero que siguen vivos en mi memoria,
para acompañarte en tu dolor,
para mitigar tu pena,
para acunarte en mis alas,
que tú tanto amabas,
y para decirte te quiero.