Poema de la madre
El brillo plateado de tus sienes
se confunde con el rayo primero
de un amanecer soleado, entre
árboles gigantes.
Tus manos marcadas
por la dureza del trabajo árduo
y penoso que realizaron,
dejan entrever la grácil palma
de virgen encontrada entre ruinas.
Tu rostro, refleja mujer,
cansancio y fatiga de existir
en un mundo de guerras morales,
de palabras inútiles y vacías.
Tu mirada caída busca la NADA,
preguntando sin hallar respuesta
a las reflexiones que ocasionan
tu alto poder de intuición.
El brillo plateado de tus sienes
se confunde con el rayo primero
de un amanecer soleado, entre
árboles gigantes.
Tus manos marcadas
por la dureza del trabajo árduo
y penoso que realizaron,
dejan entrever la grácil palma
de virgen encontrada entre ruinas.
Tu rostro, refleja mujer,
cansancio y fatiga de existir
en un mundo de guerras morales,
de palabras inútiles y vacías.
Tu mirada caída busca la NADA,
preguntando sin hallar respuesta
a las reflexiones que ocasionan
tu alto poder de intuición.