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LA NUEZ DE ARRIBA: Su dueño, decepcionado, decidió castigarlo sin comer...

En un pueblo, un buen mozo tenía como animales de compañía a un perro y a un gato. Al perro le había enseñado a llevar la comida al gato, a cuidar de la casa y otros asuntos domésticos.

Un buen día, el gato, con ganas de juerga, entró en el cuarto de coser de la moza de la casa y allí, jugueteando, rompió telas, desenrolló hilos…

Su dueño, decepcionado, decidió castigarlo sin comer y le ordenaron al perro que no le llevase comida. El gato, muy hambriento, tomó la decisión de hacerse amigo del perro, pero sólo para comer.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Este, deseando tener un compañero, aceptó hacerse su amigo y le dio comida.