En un pueblo, un buen mozo tenía como animales de compañía a un perro y a un gato. Al perro le había enseñado a llevar la comida al gato, a cuidar de la casa y otros asuntos domésticos.
Un buen día, el gato, con ganas de juerga, entró en el cuarto de coser de la moza de la casa y allí, jugueteando, rompió telas, desenrolló hilos…
Su dueño, decepcionado, decidió castigarlo sin comer y le ordenaron al perro que no le llevase comida. El gato, muy hambriento, tomó la decisión de hacerse amigo del perro, pero sólo para comer.
Un día al perro lo atropelló un coche y se rompió una pata. Le pidió ayuda al gato, pero este se dio la vuelta y se marchó. Sólo le interesaba comer.
MORALEJA: Más vale la soledad
que una mala amistad.
que una mala amistad.
Totalmente de acuerdo Victoria!
qué tal hoy?
Cuídate mucho. Besossssssssssssssssss
qué tal hoy?
Cuídate mucho. Besossssssssssssssssss