Porque vosotros os precipitáis,
Él con vuestra hambre
y lo buscáis sedientos de paz.
Cuando vuestro
amigo os hable francamente,
no temáis vuestro propio "No",
ni detengáis el "Sí".
Y cuando él esté callado,
que no cese vuestro corazón de oír su corazón;
Porque, sin palabras en
amistad,
todos los pensamientos, todos los deseos,
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