Amigo Luna, aquí te dejo un recuerdo (especial para tí) de las generaciones anteriores a la nuestra, según el testimonio de varias personas, que hace años me contaron: Como sabrás, cuando las mujeres iban a cocer el pan a los cuatro ó cinco hornos que existían en el pueblo, tenían que llevar la paja para atizar, y de cada hornada dejar como pago al dueño del horno, una torta ó similar. Pues resulta que en el horno de señor FRUTOS, cuando las mujeres no llevaban bastante paja, él mismo se la facilitaba para que no tuvieran que ir hasta sus casas a por ella. Siguiendo el hilo de un párrafo de tu anterior mensaje, alguien me dijo no hace mucho, que de los recuerdos no se vive; pero personalmente prefiero éstos, que intentar hacer muchos amigos "virtuales". Los amigos de verdad se cuentan con los dedos de una mano. Nos vemos en Trulla y..... gracias.