La luz se impone: la inocencia brilla...
¡tú bien pudiste disipar la sombra,
hija del sol trigueño de Aguadilla!
Dulces recuerdos a alentarme vienen
de mis benditos lares borinqueños,
que algo del fuego de tus ojos tienen,
¡tú bien pudiste disipar la sombra,
hija del sol trigueño de Aguadilla!
Dulces recuerdos a alentarme vienen
de mis benditos lares borinqueños,
que algo del fuego de tus ojos tienen,