Antes de la llegada de los frigoríficos en verano no había manera de conservar la carne fresca. Salvo la tarea del arado de las fincas, las tareas más duras del campo se desarrollaban durante el verano empezando por la semana de la yerba cuando se segaban a dalle las praderas del río. Este esfuerzo tan tremendo requería reforzar la alimentación con raciones de carne fresca. De la matanza del cerdo en el invierno ya apenas quedaba nada y se recurría a matar una oveja la cual se compartía con otro vecino. Semanas más tarde este segundo vecino mataba una oveja similar a la anterior y le devolvía la carne recibida al primero. Esto era el adra. Compartir. Todos nosotros recordaremos cómo de pequeños nos mandaban nuestras madres con las fuentes tapadas con un trapo a la casa de algún vecino para compartir viandas. El compartir la comida establecía entre las familias un lazo que permanecerá por siempre.
La gente parece haber olvidado estas cosas. Nos vemos en la CASA CONCEJO.
La gente parece haber olvidado estas cosas. Nos vemos en la CASA CONCEJO.