Quisiera saber qué se quiere decir cuando te dicen en español " ¡qué chulería!".
Bueno, la palabra chulería y chulo es muy ambivalente. Si se dice de una mujer que es muy chula, tiene un sentido positivo; pero dicho de un hombre, es más negativo: ¡qué (tipo más) chulo! Aplicado a cosas, no demasiado grandes ni ostentosas, tiene el sentido de bonito, lindo. De una cosa se puede decir también ¡qué chulería! o ¡qué chulería de...! Aplicado a personas o a comportamientos de personas, la expresión ¡qué chulería! puede tener sentido positivo en la jerga juvenil actual o en algunos países de habla hispana. Por lo visto, no en los países de América del Sur, donde la palabra chulo se asocia más con el significado vulgar de “rufián”.
Es interesante la etimología de chulo: Para Corominas y María Moliner es una voz de la jerga del siglo XVI (germanías) y significaba ‘muchacho (en general)’, procedente del it. ciullo ‘niño’, aféresis de fanciullo íd., que a su vez es diminutivo de fante, lat. “infans, -ntis”, íd. El Diccionario de la Real Academia dice que la voz procede del mozárabe sulo, del latín sciolus, que significa enteradillo, sabiondillo. De ahí pasó a designar la forma de hablar y los modales desenfadados típicos de las clases populares de ciertos barrios de Madrid, en el sentido de atrevido o exento de miedo o servilismo. En su acepción más negativa terminó designando al hombre que no trabaja y vive a costa de una prostituta.
Es interesante la etimología de chulo: Para Corominas y María Moliner es una voz de la jerga del siglo XVI (germanías) y significaba ‘muchacho (en general)’, procedente del it. ciullo ‘niño’, aféresis de fanciullo íd., que a su vez es diminutivo de fante, lat. “infans, -ntis”, íd. El Diccionario de la Real Academia dice que la voz procede del mozárabe sulo, del latín sciolus, que significa enteradillo, sabiondillo. De ahí pasó a designar la forma de hablar y los modales desenfadados típicos de las clases populares de ciertos barrios de Madrid, en el sentido de atrevido o exento de miedo o servilismo. En su acepción más negativa terminó designando al hombre que no trabaja y vive a costa de una prostituta.
Al principio, parece que el chulo era elegido por la prostituta no para que la protegiera, sino por cariño hacía él, por tener a alguien en quien volcar su frustrado impulso maternal, su afán de tutela. René A. Spitz llamó “amor diatrófico” a este impulso tutelar, tendencia a proteger al más débil, al niño, etc. «Cuando el erotismo queda reducido a puro apetito sexual – por ejemplo en la prostitución –, inmediatamente surge, como compensación, como equilibrio, un desarrollo también independiente y disociado, de la sexualidad diatrófica. Así, la moza de partido compensa su entrega impersonal y mercenaria al placer del hombre con el afecto casi maternal al “chulo” que protege.» (Rof Carballo, ver cita extensa más abajo)
«La mujer prostituta es increíblemente generosa, y cariñosa -continúa-. Todas han tenido una infancia desastrosa. Lo que buscan principalmente es cariño. A muchas les han metido en este «oficio» su marido o su pareja.» [Cientos de personas se prostituyen cada día en Madrid]
Más tarde el “chulo”, gigolo, vividor, se fue convirtiendo en el proxeneta, que trafica con las mujeres públicas de forma comercial, les facilita trabajo, coopera y protege la prostitución a cambio de un porcentaje monetario. La “prostituta de buen corazón y amante de su chulo” pasó a ser la explotada. Chuilo es en Panamá cualquier vago que se beneficia económicamente del trabajo de su mujer. Úsase también para los tratantes de blancas. Este chulo explotador del trabajo de la prostituta es ya el macarra, individuo violento, pendenciero y sin escrúpulos
«La mujer prostituta es increíblemente generosa, y cariñosa -continúa-. Todas han tenido una infancia desastrosa. Lo que buscan principalmente es cariño. A muchas les han metido en este «oficio» su marido o su pareja.» [Cientos de personas se prostituyen cada día en Madrid]
Más tarde el “chulo”, gigolo, vividor, se fue convirtiendo en el proxeneta, que trafica con las mujeres públicas de forma comercial, les facilita trabajo, coopera y protege la prostitución a cambio de un porcentaje monetario. La “prostituta de buen corazón y amante de su chulo” pasó a ser la explotada. Chuilo es en Panamá cualquier vago que se beneficia económicamente del trabajo de su mujer. Úsase también para los tratantes de blancas. Este chulo explotador del trabajo de la prostituta es ya el macarra, individuo violento, pendenciero y sin escrúpulos
Se puede aplicar a cosas, normalmente no de gran tamaño, como el vestido o los adornos para decir que son vistosos. Alterna con la expresión ¡qué chulería de...!
¡Qué sombrero más chulo!
¡Qué reloj más chulo tienes!
¡Qué chulería de página web!
¡Qué zapatos más chulos!
¡Qué chulería de móvil!
¡Qué sombrero más chulo!
¡Qué reloj más chulo tienes!
¡Qué chulería de página web!
¡Qué zapatos más chulos!
¡Qué chulería de móvil!
Aplicado a personas, el adjetivo chulo es más ambivalente; incluye una gama de calificativos que van desde descarado, atrevido, desenvuelto, resuelto...
¡Qué atrevido!
¡Qué atrevimiento!
¡Qué osadía!
¡Qué jactancioso!
¡Qué prepotente!
¡Qué engreído!
¡Qué fresco!
¡Qué desparpajo!
¡Qué echao pa’lante!
¡Qué creído!
Muy pagado de sí mismo.
Tiene pinta de chulo madrileño.
hasta simpático, majo, bonito, “cool”, etc.
¡Qué atrevido!
¡Qué atrevimiento!
¡Qué osadía!
¡Qué jactancioso!
¡Qué prepotente!
¡Qué engreído!
¡Qué fresco!
¡Qué desparpajo!
¡Qué echao pa’lante!
¡Qué creído!
Muy pagado de sí mismo.
Tiene pinta de chulo madrileño.
hasta simpático, majo, bonito, “cool”, etc.