Suspendida en un
altar;
Barro inmundo en que grabaron,
Con mano desesperada,
El nombre que te legaron
Tantos siglos al pasar.
Tu ley sea el placer, ciudad
gigante:
¡Reír, cantar, beber, corta es la vida!
Que en un festín espléndido y brillante,
Duerme el pasado, el porvenir se olvida