A canas honradas no hay puertas cerradas.
A candil muerto, todo es prieto.
A cántaro roto, otro al puesto.
A canto de pájaro y a gracia de niño no invites a ningún amigo.
A carne de lobo, diente de perro.
A carne mala, buena salsa.
A carnero castrado, no le tientes el rabo.
A cartas, cartas y a palabras, palabras.
A casa de mi novia llevé un amigo: él se quedó adentro y yo despedido.
A casa de tu amigo rico irás siempre requerido, y a la del necesitado irás sin ser llamado.
A casa de tu hermano no irás cada verano.
A casa de tu hermano no vayas de ordinario, y menos si es casado.
A casa de tu tía, entrada por salida.
A casa vieja, portada nueva.
A cazuela chica, cucharadica.
A cena de vino, desayuno de agua.
A chica cama, echarse en medio.
A chillidos de cerdo, oídos de carnicero.
A ciento de renta, mil de vanidad.
A confite de monja pan de azúcar.
A consejo ido, consejo venido.
A candil muerto, todo es prieto.
A cántaro roto, otro al puesto.
A canto de pájaro y a gracia de niño no invites a ningún amigo.
A carne de lobo, diente de perro.
A carne mala, buena salsa.
A carnero castrado, no le tientes el rabo.
A cartas, cartas y a palabras, palabras.
A casa de mi novia llevé un amigo: él se quedó adentro y yo despedido.
A casa de tu amigo rico irás siempre requerido, y a la del necesitado irás sin ser llamado.
A casa de tu hermano no irás cada verano.
A casa de tu hermano no vayas de ordinario, y menos si es casado.
A casa de tu tía, entrada por salida.
A casa vieja, portada nueva.
A cazuela chica, cucharadica.
A cena de vino, desayuno de agua.
A chica cama, echarse en medio.
A chillidos de cerdo, oídos de carnicero.
A ciento de renta, mil de vanidad.
A confite de monja pan de azúcar.
A consejo ido, consejo venido.