George Washington Carver (1864-1943) nació en una familia de esclavos en una plantación de Missouri (ya habrá notado que no hablamos del primer presidente de los Estados Unidos). A las seis semanas fue raptado junto con su madre, pero volvió a su lugar de origen gracias a un intercambio por un caballo que hizo su maestro, Moses Carver, aunque ya no volvió a saber nada de su madre. Estudiando cuando podía terminó sus estudios de bachillerato e ingresó en la primera universidad que aceptó su solicitud, aunque luego fue rechazado al conocer el color de su piel. Posteriormente se graduó en ciencias en el Iowa State College y llegó a ser director del Departamento de Agricultura de la facultad del Tuskegee Institute (Alabama), donde se propuso facilitar la vida a los agricultores del Sur de los Estados Unidos. Muchos algodoneros acudieron al Dr. Carver para que hiciera algo contra la plaga del gorgojo, y él les convenció para plantar cacahuetes. Para que el cultivo fuera rentable se dedicó a investigar sobre los usos del cacahuete, desarrollando unos 300 productos: manteca, aceite, leche, plásticos, tintas y pinturas, harina, jabón... Las plantaciones de cacahuete se cuadruplicaron entre 1910 y 1940, resolviendo también el problema de la superproducción de algodón. También encontró multitud de usos a la batata, algodón, soja, residuos y arcilla.