Las CAMPANAS como medio de comunicación:
Antiguamente, el toque de campana formaba parte de la vida cotidiana. Las campanas servían para informar a la gente de los pequeños acontecimientos de cada pueblo. Cada actividad o suceso tenía su correspondiente toque y, por lo tanto, había numerosos y variados toques que, por desgracia, el paso del tiempo y la mecanización de las campanas, los están borrando de nuestra memoria. Quizá, hoy en día, los más conocidos sean éstos:
TOQUE A ARREBATO o QUEMA. Cuando ocurría un desastre en el pueblo, en la mayoría de los casos relacionado con un incendio, al primero que se avisaba era al campanero para que con su toque alertara a los vecinos y estos acudieran a apagarlo. Es un toque insistente y a buen ritmo.
TOQUE A MUERTO. Con la característica sobriedad castellana, este toque tan solemne, que a todos nos llena de recuerdos, servía para anunciar la muerte y, por el número de clamores, se podía saber quién había fallecido: 2 para mujer, 3 para hombre, 4 para el cura, 5 para el obispo, 6 si era cardenal y 7 para el Papa.
TOQUE DE TENTENUBLO. Este toque se realizaba tres veces al día: maitines al amanecer, el angelus al mediodía y a oración al atardecer. Se tocaba desde la cruz de mayo hasta la cruz de septiembre. Se creía que servía para alejar las tormentas de granizo y tiene un soniquete característico: "Tente nublo, tente tú, que más puede Dios que tú. Si eres agua, ven acá, si eres piedra, vete allá".
TOQUE A GLORIA. Se tocaba cuando moría un niño. Este toque intenta transmitir ese hecho, la mezcla de tristeza y alegría, ya que se creía que, debido a su inocencia, subían directos al cielo.
TOQUE A FIESTA. Es el repique que transmite la alegría de los días de fiesta, normalmente acompañado del volteo de campanas. Se requería la participación de varias personas, está en desuso por el mal estado de muchos campanarios.
Antiguamente, el toque de campana formaba parte de la vida cotidiana. Las campanas servían para informar a la gente de los pequeños acontecimientos de cada pueblo. Cada actividad o suceso tenía su correspondiente toque y, por lo tanto, había numerosos y variados toques que, por desgracia, el paso del tiempo y la mecanización de las campanas, los están borrando de nuestra memoria. Quizá, hoy en día, los más conocidos sean éstos:
TOQUE A ARREBATO o QUEMA. Cuando ocurría un desastre en el pueblo, en la mayoría de los casos relacionado con un incendio, al primero que se avisaba era al campanero para que con su toque alertara a los vecinos y estos acudieran a apagarlo. Es un toque insistente y a buen ritmo.
TOQUE A MUERTO. Con la característica sobriedad castellana, este toque tan solemne, que a todos nos llena de recuerdos, servía para anunciar la muerte y, por el número de clamores, se podía saber quién había fallecido: 2 para mujer, 3 para hombre, 4 para el cura, 5 para el obispo, 6 si era cardenal y 7 para el Papa.
TOQUE DE TENTENUBLO. Este toque se realizaba tres veces al día: maitines al amanecer, el angelus al mediodía y a oración al atardecer. Se tocaba desde la cruz de mayo hasta la cruz de septiembre. Se creía que servía para alejar las tormentas de granizo y tiene un soniquete característico: "Tente nublo, tente tú, que más puede Dios que tú. Si eres agua, ven acá, si eres piedra, vete allá".
TOQUE A GLORIA. Se tocaba cuando moría un niño. Este toque intenta transmitir ese hecho, la mezcla de tristeza y alegría, ya que se creía que, debido a su inocencia, subían directos al cielo.
TOQUE A FIESTA. Es el repique que transmite la alegría de los días de fiesta, normalmente acompañado del volteo de campanas. Se requería la participación de varias personas, está en desuso por el mal estado de muchos campanarios.