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LA NUEZ DE ARRIBA: El mamar de las liberes era uno de tantos juegos de...

El mamar de las liberes era uno de tantos juegos de sana picardía. El adulto engatusaba al niño con la falsa promesa de enseñarle como mamaban las liebres. La inocente mano del tierno infante se colocaba sobre la ruda zarpa del malicioso adulto. Presa y cautiva por éste, con sus dedos pulgar e índice apretaba y retorcía la uña del dedo pulgar de la diminuta presa la cual saltaba y se retorcía del dolor sin poder soltarse. Las risas del barbado contribuían a formar nuestra conciencia y a no fiarnos de nadie aunque fueran nuestros tíos o abuelos.
Feliz Navidad