Un valentón de espátula y gregüesco
que a la muerte mil vidas sacrifica
cansado del oficio de la pica
mas no del ejercicio picaresco,
retorciendo el mostacho soldadesco
por ver que ya su bolsa le repica,
a un corrillo llegó de gente rica
y en el nombre de Dios pidió refresco.
-Den voacedes, por Dios, a mi pobreza
-les dice-; donde no, por ocho santos,
que haré lo que hacer suelo sin tardanza.
Mas uno que a sacar la espada empieza:
- ¿Con quién habla -le dijo- el tiracantos?
¿Qué es lo que suele hacer en tal querella?
Respondió el bravonel: -Irme sin ella.
Miguel de Cervantes.
que a la muerte mil vidas sacrifica
cansado del oficio de la pica
mas no del ejercicio picaresco,
retorciendo el mostacho soldadesco
por ver que ya su bolsa le repica,
a un corrillo llegó de gente rica
y en el nombre de Dios pidió refresco.
-Den voacedes, por Dios, a mi pobreza
-les dice-; donde no, por ocho santos,
que haré lo que hacer suelo sin tardanza.
Mas uno que a sacar la espada empieza:
- ¿Con quién habla -le dijo- el tiracantos?
¿Qué es lo que suele hacer en tal querella?
Respondió el bravonel: -Irme sin ella.
Miguel de Cervantes.
VIKY, muy buenas noches no te leiaaaa