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Supo todo el comendante
y me llamó al otro día,
diciéndome que quería
aviriguar bien las cosas…
que no era el tiempo de rosas,
que aura a naides se debía.
Supo todo el comendante
y me llamó al otro día,
diciéndome que quería
aviriguar bien las cosas…
que no era el tiempo de rosas,
que aura a naides se debía.