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Sólo se oíban los aullidos
de un gato que se salvó;
el pobre se guareció
cerca, en una vizcachera:
venía como si supiera
que estaba de güelta yo.
Sólo se oíban los aullidos
de un gato que se salvó;
el pobre se guareció
cerca, en una vizcachera:
venía como si supiera
que estaba de güelta yo.