A N G E L I TO
El niño en el lecho cargaba su agonía,
en gotas de silencio el tiempo se escapaba.
Su cuerpo frágil apenas se movía
y el rostro de la madre, colmaba su mirada.
Sus labios intentaron un tenue movimiento
y con voz casi inaudible y plena de lamento,
a ella preguntó
¿Dónde van los niños muertos?
La mujer ya resignada miró a su hijo.
Inclinándose lo beso en la frente, nada dijo.
Mientras, su alma a Dios suplicaba.
Señor.... Ponle alas
HUGO OTERO
El niño en el lecho cargaba su agonía,
en gotas de silencio el tiempo se escapaba.
Su cuerpo frágil apenas se movía
y el rostro de la madre, colmaba su mirada.
Sus labios intentaron un tenue movimiento
y con voz casi inaudible y plena de lamento,
a ella preguntó
¿Dónde van los niños muertos?
La mujer ya resignada miró a su hijo.
Inclinándose lo beso en la frente, nada dijo.
Mientras, su alma a Dios suplicaba.
Señor.... Ponle alas
HUGO OTERO