Las palabras que no van seguidas de hechos, no valen nada.
A menudo me he tenido que comer mis palabras y he descubierto que eran una dieta equilibrada.
Puedes acariciar a la gente con palabras.
La palabra es el espejo de la acción.
La palabra una vez hablada, vuela y no torna.
Las palabras de un hombre muerto se modifican en las entrañas de los vivientes.
¡Y me pregunto yo, Victoria! ¿Por qué seremos señalados con el dedo?
Un abrazo y un beso.
Un abrazo y un beso.