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LA NUEZ DE ARRIBA: Tu voz se hará del callado rastreo de muchas y diminutas...

MOIROLOGHIA *

Un cardo amargo se demora para siempre en tu garganta
¡oh Detenido!
Pesado cada uno de tus asuntos
no perteneces ya a lo que tu interés y vigilia reclamaban.
Ahora inauguras la fresca cal de tus nuevas vestiduras,
ahora estorbas, ¡oh Detenido!
Voy a enumerarte algunas de las especies de tu nuevo reino
desde donde no oyes a los tuyos deglutir tu muerte y
hacer memoria melosa de tus intemperancias.
Voy a decirte algunas de las cosas que cambiarán para ti,
¡oh yerto sin mirada!
Tus ojos te serán dos túneles de viento fétido, quieto, fácil, incoloro.
Tu boca moverá pausadamente la mueca de su desleimiento.
Tus brazos no conocerán más la tierra y reposarán en cruz,
vanos instrumentos solícitos a la carie acre que los invade.
¡Ay, desterrado! Aquí terminan todas tus sorpresas,
tus ruidosos asombros de idiota.

Tu voz se hará del callado rastreo de muchas y diminutas bestias de color pardo,
de suaves derrumbamientos de materia polvosa ya y elevada en pequeños túmulos
que remedan tu estatura y que sostiene el aire sigiloso y ácido de los sepulcros.
Tus firmes creencias, tus vastos planes
para establecer una complicada fe de categorías y símbolos;
tu misericordia con otros, tu caridad en casa,
tu ansiedad por el prestigio de tu alma entre los vivos,
tus luces de entendido,
en qué negro hueco golpean ahora,
cómo tropiezan vanamente con tu materia en derrota.
De tus proezas de amante,
de tus secretos y nunca bien satisfechos deseos,
del torcido curso de tus apetitos,
qué decir, ¡oh sosegado!
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
De tu magro sexo encogido sólo mana ya la linfa rosácea de tus glándulas,
las primeras visitadas por el signo de la descomposición.
¡Ni una leve sombra quedará en la caja para testimoniar tus concupiscencias!
“Un día seré grande…” solías decir en el alba
de tu ascenso por las jerarquías.
Ahora lo eres, ¡oh Venturoso! y en qué forma.
Te extiendes cada vez más
y desbordas el sitio que te fuera fijado
en un comienzo para tus transformaciones.
Grande eres en olor y palidez, ... (ver texto completo)