Si hubiera un solo hombre inmortal sería asesinado por los envidiosos.
Nuestra envidia dura siempre más que la dicha de aquellos que envidiamos.
En cuanto nace la virtud, nace contra ella la envidia, y antes perderá el cuerpo su sombra que la virtud su envidia.
La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual.
Tan grande como la turba de los admiradores es la turba de los envidiosos.
El silencio del envidioso está lleno de ruidos.